En El Almacén de Almas, una infinidad de escritorios ocupados por la misma cantidad de empleados públicos, se despliegan a lo largo y ancho de una gigantesca sala bien iluminada, de paredes blancas y pasillos grisáceos.
Los trabajadores clasifican sus papeles en dos pilas diferentes: “Entrada” y “Salida”.
Por tratar de salir rápido a almorzar, el empleado Nº3561 pasa erróneamente de pilón, dos papeles en lugar de uno.
El Nº4219, por andar a las corridas, choca contra un escritorio y derrumba una pila que demandó semanas enteras de trabajo.
En Del Viso, mientras tanto, Mariana acaba de sufrir un aborto espontáneo. Y Julio es el eslabón principal de un choque en cadena en Panamericana y 202.
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